lunes, 17 de noviembre de 2014

Lactancia materna. Su cara B


Hello everybody Tenazoides! How are you? ;-)
Qué don de lenguas, os habéis quedao muertos, eh? Nunca dejaré de sorprenderos, lo sé... Bueno, al lío que me vengo arriba y no acabo. Hoy la cosa va de tetas pero ahora me pongo seria y empezamos...

Nunca antes he hablado en el blog de esa parte de la maternidad que a mí me parece esencial, súper importante y sin la que personalmente,  no sentiría completo mi papel como madre: la lactancia materna.

No voy a repetirme en eso que leemos en todas partes y que todas sabemos, dar el pecho además de garantizar el mejor alimento para tu bebé significa mucho más. Supone crear un vínculo indestructible entre madre e hijo que durará para siempre, es el acto de amor más bonito que les podemos brindar, son momentos únicos reflejados en esos ojitos que nos miran entreabiertos cuando les ofrecemos lo mejor de nosotras,... Para mí es la continuidad perfecta de ese amor que nace el día que ves tu positivo en el test, la primera ecografia o su carita llorando al nacer cuando lo sientes por primera vez encima de ti. Es el siguiente paso en ese camino del amor.

Aunque tengo que decir ante todo que estos 28 meses de lactancia han sido maravillosos, que repetiría cada uno de esos días y que me siento afortunada por haber podido disfrutar de cada uno de esos momentos únicos e irrepetibles, hoy vengo a hablaros sobre lo que nadie quiere hablar, la cara B de esta lactancia prolongada y ahora también en tándem.



(No, no es que papá Tenazas y yo hayamos decidido deplazarnos en un cacharro de estos pa' morir escoñaos por cualquier terraplén dado que ninguno de los dos estamos en nuestro mejor momento físico, pa' que engañarnos...)
La lactancia en tándem, para aquel que no lo sepa, supone amamantar a dos niños al mismo tiempo (simultanear dos lactancias), ya sean bebés de la misma edad como gemelos o mellizos o de diferentes edades como es mi caso.

Durante el embarazo de Bichobola continué amamantando a Tenacitas que a pesar de comer ya de todo y mejor que muchos adultos seguía siendo muy demandante de teta. Hay muchas madres que al enterarse del nuevo embarazo suelen destetar al hijo mayor, en mi caso yo decidí respetar sus tiempos, dejar que fuese ella la que se destetase si en algún momento lo decidía, o dejaba de gustarle el sabor de la leche, o bajaba la producción,... No quería que un acto mío influyera en ella de esa manera, para ella eran muy importantes sus momentos al pecho y no iba a dejar que una decisión mía se los quitase.

Durante el embarazo tuve momentos de mayor sensibilidad, de dolor, de incomodidad, pero fue pasando y en general puedo decir que disfruté de la lactancia esos meses. Una vez que Bichobola nació la cosa cambió, al principio no era en todas las tomas pero sí en algunas, sobretodo en las que estaba más cansada o las de la noche. Cuando Tenacitas mamaba tenía una sensación desagradable, quería quitármela de encima a toda costa, era un rechazo inconsciente porque por otro lado quería abrazarla y decirle que la quería pero que me dejase, que no me tocase más,...
Es muy difícil de explicar y sobretodo de entender para aquella que no lo haya sentido.
Es un sentimiento animal, nada racional, muy primitivo, que te hace rechazar a tu propio hijo a la vez que te culpas por hacerlo y luchas contra ese sentimiento porque sabes que lo amas más que a nada en el mundo. Es como si dentro de ti existiese esa dualidad de ángel y demonio, dos personalidades enfrentadas, dos deseos opuestos.

Comencé a leer mucho sobre esta etapa de la lactancia y descubrí que lo que sentía tenía un nombre: agitación del amamantamiento o agitación de la lactancia, y que no era la primera ni la última que lo estaba sufriendo si no que, al contrario, esta es una etapa muy común en lactancias prolongadas y en tándem. Es, como decía al principio,  la cara B de la lactancia, aquello de lo que nadie quiere hablar porque nos hace sentir raras, malas madres y crueles con nuestros hijos por sentir lo que sentimos y no podemos remediarlo, es un sentimiento más fuerte que nosotras mismas, por eso nos sentimos culpables y avergonzadas de no poder controlarlo y de sentir lo que sentimos.
La agitación no tiene una explicación clara, está relacionada con un cambio hormonal y se cree que puede deberse a un mecanismo instintivo que sucede en todos los mamíferos que hace rechazar el amamantamiento de hijos mayores bien para priorizar el alimento para el pequeño y más débil o, en los casos en que no haya hermanos lactantes, comenzar un destete que dé la oportunidad a nuestro cuerpo de volver a tener otro embarazo y brindarle en exclusiva el alimento al nuevo bebé que pueda llegar. 

Ante una situación como esta es muy importante tener información para entender qué nos está pasando y no culpabilizarnos. Hablar de nuestro caso con otras madres que estén o hayan estado en una situación parecida puede ayudarnos a darnos cuenta de que sentimos algo totalmente normal y de que puede superarse. 
Normalmente las soluciones pasan por identificar aquellas tomas que nos producen un mayor rechazo y eliminarlas o acortarlas, hay quien decide, llegados a este punto, destetar o también hay experiencias de mujeres que han aguantado con paciencia un periodo de agitación y que cuentan que un buen día igual que empezó desapareció.

Tenacitas parece que ha empezado un destete progresivo, y digo "parece" porque soy consciente de que en cualquier momento puede volver a demandar pecho como lo ha estado haciendo hasta hace cuatro dias y con más razón viendo como Bichobola sigue mamando. Quizás tendría que estar preparada para ese momento, para intentar luchar de nuevo contra la agitación, pero prefiero no adelantarme a los problemas y dejar que todo siga su curso, que venga como tenga que venir. No me gustaría destetar aunque no me importa que lo haga ella voluntariamente pero os confieso que si volviésemos a esa situación de rechazo de la agitación no sabría cómo sobrellevarla.

¿Y vosotras? ¿Habéis sentido la agitación del amamantamiento? ¿Cómo la habéis gestionado?

4 comentarios:

  1. Es algo muy duro pero a mí me pasó, no lo he comentado con nadie hasta ahora, bueno con la matrona pero fíjate que eres la segunda persona a la que se lo cuento. Yo quería una lactancia prolongada, tuve parto por cesárea, pero me subió enseguida la leche y Vikingo tuvo un enganche perfecto. Pero a los 3 meses comencé a tener ese sentimiento, no era por que me hiciese daño, todo era normal, pero cada vez que se enganchaba al pecho yo sentí un rechazo. Fueron momentos muy duros y me costó mucho hablar del tema con alguien, al final me decidí y se lo conté a la matrona la cual me tranquilizó. La cuestión es que al final casi dos meses después mi hijo como si de alguna manera le llegas esa sensación de incomodidad se destetó solo. ¿Me culpo por ello? Sí la verdad, nunca pensé que tendría esos sentimientos y fue bastante duro. Un beso y gracias por atreverte a hablar del tema.

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    1. Pues de culparte nada, eh??? Es que las hormonas son muy japutas!
      Es muy difícil hablar de esto porque parece que todo el mundo cuenta la parte bonita de la lactancia y tú eres el bicho raro pero estoy segura de que le ha pasado a mucha gente más de lo que creemos pero es eso, nos sentimos culpables de tener esa sensación, ese sentimiento de.rechazo y no hablamos de ello, lo sufrimos y lo sobrellevamos como podemos intentando que no se nos note e intentando a la vez luchar contra nuestro propio cuerpo... Es una situación muy difícil y precisamente lo que creo que puede ser lo más positivo es hablarlo, compartir experiencias y sobre todo aprender a no juzgar porque cada una llevamos una historia en la mochila y si algo tenemos en común es el amor por nuestros hijos y que haríamos cualquier cosa por darles lo mejor y que no sufriesen nunca.
      Gracias por leerme y hoy especialmente por comentar y contarme tu experiencia. Besos!!

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  2. Ahhh qué duro debe ser! Yo me estoy planteando ya la posibilidad de un segundo hijo, mientras mi beba de 19 meses sigue con su lactancia. Espero poder sostener esta lactancia que tan bien nos hace a ambas.

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    1. Claro que sí, Mónica! La agitación no tiene porqué aparecer, hay mujeres a las que no les pasa. Yo por desgracia lo he sufrido pero aún así ha valido la pena sólo por el hecho de haber podido disfrutar casi tres meses de la lactancia en tándem y de los momentos tan bonitos que nos ha dado. Decidas lo que decidas no tengas miedo porque aún encontrándonos piedras en el camino, siempre va a pesar más lo bueno que lo malo. Un beso muy fuerte y gracias por parar a leerme un ratito.

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